Recorridos trazados, firmas, símbolos, anhelos, (in)estabilidades económicas. Formularios, así como espacios de oficina de transferencia de dinero se vuelven depósitos de testimonios individuales que se estandarizan en el mundo globalizado donde la información inserta dura minutos y se desecha como un ticket más de un número de cliente en la fila de espera.

El espacio del formulario se vuelve un panel, se vuelve un espacio móvil, transportable; se vuelve una estructura también, un esquema con patrones y signos que emergen de las relaciones de intercambio. Dentro de él se cuelan identidades manifestadas en números y datos que se entretejen, se encriptan y recorren espacios geográficos, divisas e historias personales.