Este proyecto fue desarrollado en la ciudad de Amberes - Bélgica desde octubre del 2018 hasta junio del 2019.

Durante mi estancia en esta ciudad, mi interés radicó en cómo la cultura material urbana se construye y articula en ciudades con presencia multicultural bastante notoria, pero al mismo tiempo silenciada. Siendo dicha cultura material reconocible fácilmente por sus diferencias en relación con la que es impuesta como “base”, es difícil notar que también es silenciada y marginada cuando se piensa en la identidad de una ciudad occidental. Esta presencia “multicultural” se convierte también en una presencia oculta que podría eliminarse fácilmente de la memoria colectiva en el cotidiano.

¿Cómo se podría reescribir “el material” con una connotación socio-cultural diversa en ciudades basadas en estructuras occidentales? ¿Cuán importante es la mirada del “otro” cuando se observa la cultura material para repensar una ciudad occidental?

Considero importante reflexionar sobre espacios con presencia inmigrante, multicultural y ciertos espacios gentrificados. Abrir preguntas sobre cómo, a través de procesos materiales de registro y reconstrucción, es posible hablar sobre la identidad social de la ciudad y la yuxtaposición e intersección de culturas que se encuentra encriptada sólo en ciertos espacios.

Por otro lado el proyecto se inclinó mucho hacia ciertas áreas comerciales, como los mercados abiertos y mercados de barrio, donde ciertas dinámicas de comercio parecen democratizar no sólo el estado mercantil, sino material de las cosas; concebido a partir de diferentes experiencias sociales, culturales y espaciales que se dan en el día a día. De cierta manera, hay una performance tangible en los elementos puestos a la venta, imponiendo sus propios orígenes culturales pero ignorando en parte sus orígenes como mercancías y siguiendo diferentes dinámicas que responden más a una identidad cultural que a una comercial.